Anoche, aquí en Berruguete Street Away, tras un par de rones preparados con amor y canela, unas cuantas incomparables canciones de Sabina, tras la indignación de leer los comentarios de la gente en la red [de verdad que no puedo con ellos, no me cabe en la cabeza el pensamiento incatalogable de estos ciber fachas, por llamarles de alguna forma]. En el filo del sueño de un jueves a las tres de la mañana, tras un largo día en el que vivimos experiencias desde los testimonios de una narcoléptica [enfermedad que me da para otro post que me queda pendiente, el estado no REM siempre ha sido un intringulis que me abre a la curiosidad], una voluntaria de la asociación de sordociegos y las historias de mis compañeros de taller.
Después de un largo día, vamos, y tras el visionado del famoso video del PSOE [como se lo curran estéticamente los cabrones, más allá del contenido parcializado] se abrió el debate del estado de la nación, en un sofá cercano a lo progre, manchado de utopías, con cojines de racionalidad e indignación; las palabras aducían un sistema político mercantilizado y falaz [como se me retorcían las entrañas con el amigo Zaplana el otro día en la Sexta, pobres periodistas].
Uno decía que está claro que el juego político es una campaña permanente hacia las elecciones, ¿y qué podemos hacer si las cosas son como están?, Me da igual, no me gusta, está claro que mi felicidad no depende de esa sarta de embusteros, crispadores, opositores o gobernantes, que se definen por la tergiversación y el descarado marketing corrupto. Ya lo sé que mi felicidad sólo depende de mi inframundo y mi contexto que yo misma creo y desarrollo, pero coño, es que quiera o no formo parte de este sistema, lo que si depende de ellos es mi dinero, mi salud, la educación de mis hijos si los tengo, la evolución de todo el ecosistema que queda más allá de la punta de mis dedos. Y ¿qué puedo hacer? Gritar, votar [Ja], callar, pasar, irnos a Torremanzanas [por qué no]. No sé, ¿tú lo sabes?
Y bueno otro día ya hablamos de la burbuja infectada de la Comunidad de Madrid, ¿control mediático?, ¿acecho comunicativo?, no que va… esto parece 1984 amigos.
Así que nada como la solución no la tengo lo que puedo hacer es saltar y reír como niños pequeños… no crezcáis…¡¡¡¡SALTAD!!!
Después de un largo día, vamos, y tras el visionado del famoso video del PSOE [como se lo curran estéticamente los cabrones, más allá del contenido parcializado] se abrió el debate del estado de la nación, en un sofá cercano a lo progre, manchado de utopías, con cojines de racionalidad e indignación; las palabras aducían un sistema político mercantilizado y falaz [como se me retorcían las entrañas con el amigo Zaplana el otro día en la Sexta, pobres periodistas].
Uno decía que está claro que el juego político es una campaña permanente hacia las elecciones, ¿y qué podemos hacer si las cosas son como están?, Me da igual, no me gusta, está claro que mi felicidad no depende de esa sarta de embusteros, crispadores, opositores o gobernantes, que se definen por la tergiversación y el descarado marketing corrupto. Ya lo sé que mi felicidad sólo depende de mi inframundo y mi contexto que yo misma creo y desarrollo, pero coño, es que quiera o no formo parte de este sistema, lo que si depende de ellos es mi dinero, mi salud, la educación de mis hijos si los tengo, la evolución de todo el ecosistema que queda más allá de la punta de mis dedos. Y ¿qué puedo hacer? Gritar, votar [Ja], callar, pasar, irnos a Torremanzanas [por qué no]. No sé, ¿tú lo sabes?
Y bueno otro día ya hablamos de la burbuja infectada de la Comunidad de Madrid, ¿control mediático?, ¿acecho comunicativo?, no que va… esto parece 1984 amigos.
Así que nada como la solución no la tengo lo que puedo hacer es saltar y reír como niños pequeños… no crezcáis…¡¡¡¡SALTAD!!!
Etiquetas: artelículos
Aquí hay tomates, cervecitas (me he pasado a las Alhambras, que son más grandes y más verdes y también de Mahou), bicicletas, cine, música, charlas intrascendetemente trascendentes, risas y sonrisas, arroz con costra, queso de Idiazabal, chistorra y escarolas, amistades renovadas, otras por llegar y las que sorprenden, mantas de colores, espardenyas, pantalones de colorines, Cohen, Silvio, Fito y Chet Baker, camas y sofás, vino al anochecer y chimenea rugiente, Benedetti, Carver y hasta una silla para González, mi amatxo y su ajoarriero, David y su guitarra e Ignacio su calva andaluza,...
No hay indignados, ni políticos ni los indignos.
Todo lo demás, lo traeis vosotros.
Se sale el post, Rebe. Por suerte o por desgracia ni Juan ni yo nos encontrábamos en ese momento en la conversación, pero estuvimos en la previa, jaja. Por lo menos la ausencia fue por una buena causa. Coincido en todo lo que dices, corregido y aumentado si cabe -vaya mierda se sistema este en que vivimos-. Por suerte siempre nos queda nuestro 'mundillo' interior, y siempre las ganas de SALTAR.
Siempre he recelado de los que lucháis contra el sistema sobre un sofa "a lo progre". Siempre me habéis parecido sospechosos porque si hace ya casi cuarenta años algunos de los que pensaban como vosotros decidieron levantarse del sofá y salir a la calle más tarde fueron los que mas se acomodaron en sus sillones. ¿Os parece mal que los políticos hagan campañas? Pues aquí en España estuvimos mucho tiempo sin que hiciese falta ninguna campaña electoral para gobernar. Claro que también se entiende que no os gusten las campañas electorales conociendo algunas bases ideológicos sobre las que se asienta vuestra izquierda. Para los que nos gusta la política y además nos quita tiempo de estudiar, de amigos y de otras cosas no nos gusta nada la fama que se tiene de nosotros por determinados estereotipos. Porque si nos ponemos a juzgar profesiones mi otra elección, el periodismo, tampoco queda en muy buen lugar.
El sistema será una mierda pero es la única herramienta para cambiar las cosas que están mal, ahí esta el ejemplo de Ciudadanos de Cataluña. Lo del Marketing, bueno, es divertido....
Sería estúpido decir que no creo en la Comuncación, en y todos los ámbitos, pero no creo en los profesionales cualquiera que sea se campo, que trabajan para contarlo, en vez de trabajar para quienes tienen que trabajar (los políticos para los electores, los medios para el público) y trabajan tan sólo para quienes les pagan. Si no hay audiencia, no hay publicidad, si no hay electores no hay sistema.
Olabe, hazme un hueco...
Nando, te espero en la próxima charla...