A juicio de las lentejas

Los juicios paralelos. La Mafalda que lleva dentro Eva Hache. Nostalgias, repeticiones, círculos viciosos, capullos de rosa que se abren sobre tallos rotos. Ropa helada colgada en el olvido.
Juicios paralelos que rotan como peonzas en la palma de la mano. La vida es como un plato de lentejas con verduras a las que tu madre ha echado alcachofas. La vida tiembla entre lo que esperamos de ella y lo que en realidad nos da. La expectativas y la arena que ensucia. La vida es una sonrisa manchada. Una anatomía incompleta. Una ilusionante tristeza. Una amarga felicidad que nos invita a la vez que abofetea, que nos besa mientras de repente muerde, que acaricia cuando araña, que regala cuando pide, que nos da y nos quita, nos coge y nos deja, nos habla y nos calla.
La vida es la maravillosa contradicción de reír cuando el amigo se cae, de hacer el amor en una guerra, de perdonar para empezar a reprochar. La vida es un trozo de lava ardiendo que a los tres segundos es témpano de frío. La vida es besarte mientras odio. Disfrutar del placer de comer y engordar. Juicios paralelos, autovías secundarias, lentejas con alcachofas.

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