
Ser decir quejarse
Saborear
¿es amargo?
No tiene sabor
Si sabe a ti
Voy a hacer un chocomisú con los besos que se caen en el espacio entre mi boca y tu saliva
Voy a esperar a que llueva para salir a la calle y arrepentirme de no haber salido antes
Voy a equivocarme sin chantajes
No tengo excusa para escribir sin excusa tan gratuitamente
Lo sé lo admito no me arrepiento
¿Hay algo de lo que me arrepienta?
¿De qué te arrepientes tú?
A pesar de las cicatrices [gracias a ellas] no me arrepiento de nada
eliminaría algunos daños causados
aunque todavía no me habría atreveré atrevido beso o verdad a hacerlo de otra forma
Etiquetas: poesismos

Por las canciones a mí debidas que me dan las palabras que yo no
supe enunciar, por las frases compuestas, metáfora paralelas, incluso en estos
tiempos en los que soy feliz de otra manera me rindo a la carpeta de entrada
repleta de canciones de Sabina.
Así que yo me bajo en Atocha (y ya sigo andando), yo me quedo en Madrid con Sabina allá donde esté, con palabras de amor siempre en el bolsillo para aunque sea decírmelas a mí misma para cuando no me atreva a escribir canciones de amor.
Etiquetas: Homenajes
El nombre de mis pronombres
3 Comments Publicado por Maldita_Rebeca on miércoles, abril 11, 2007 at 2:06 p. m..

¿Cuántos tús hay en mi yo? Están los tús de amor, los tús de querer, los tús de reír, los tús que ya no existen, los tús que nunca me atreveré a probar.
A mí, como Salinas, que alegría me da vivir en los pronombres. En los pronombres institucionalizados (los del colegio) y en los pronombres “personales” (los míos). Porque si las palabras son un invento del hombre, yo pienso, aunque no tenga potestad para ello, que yo también me las puedo inventar. Como todo el mundo. Pero lo que todos hacemos consciente o voluntariamente es renombrar, reinventar, pronombrar. Bajo el nombre de tú, estás tú, estoy yo, podemos estar cualquiera de nosotros, pero cada uno tiene la imagen de un tú, tiene un tú en su vida, tuvo varios tús o quizá espera que en su vida se cruce el tú esperado. Pronombramos los nombres, escondemos el nombre exacto, tapiamos el significa intrínseco conformando a partir de una anécdota, capricho, beso o casualidad de nuestro background, el pronombre "personal" que sustituye al nombre real. Bajo el pronombre Madrid yo nombro a Estrecho, a Menéndez Pelayo, a todos vosotros, al porro en el metro, a María Sarmiento, a las diez de la mañana...
Bajo el pronombre mar yo digo paz, belleza, catarsis, añoranza...bajo el pronombre de tu nombre yo te renombro...bajo el pronombre de mi mano yo te quiero decir todo lo que no expreso... Bajo el apodo que te ponga yo te estaré diciendo que te quiero...Bajo el nombre superpongo el pronombre que no me atrevo a nombrar.
Y luego cada pronombre, cada nombre que pronombra dirá muchas cosas más de las que a primera vista cada uno pueda entender. La belleza del lenguaje, del que me adueño porque me da la gana, queda en el poso de mis significados. Y entonces se produce el milagro en el que tú me ofreces agua y yo te doy un beso y si alguien me llama preciosa yo me acordaré de un pintor y bajo el pronombre monja pensaré en Juan y también yo en mi intimidad disfrutaré yo sola del "onanismo” de mi diccionario.
Y si me llamas cerda no me oleré el sobaco
A mí, como Salinas, que alegría me da vivir en los pronombres. En los pronombres institucionalizados (los del colegio) y en los pronombres “personales” (los míos). Porque si las palabras son un invento del hombre, yo pienso, aunque no tenga potestad para ello, que yo también me las puedo inventar. Como todo el mundo. Pero lo que todos hacemos consciente o voluntariamente es renombrar, reinventar, pronombrar. Bajo el nombre de tú, estás tú, estoy yo, podemos estar cualquiera de nosotros, pero cada uno tiene la imagen de un tú, tiene un tú en su vida, tuvo varios tús o quizá espera que en su vida se cruce el tú esperado. Pronombramos los nombres, escondemos el nombre exacto, tapiamos el significa intrínseco conformando a partir de una anécdota, capricho, beso o casualidad de nuestro background, el pronombre "personal" que sustituye al nombre real. Bajo el pronombre Madrid yo nombro a Estrecho, a Menéndez Pelayo, a todos vosotros, al porro en el metro, a María Sarmiento, a las diez de la mañana...
Bajo el pronombre mar yo digo paz, belleza, catarsis, añoranza...bajo el pronombre de tu nombre yo te renombro...bajo el pronombre de mi mano yo te quiero decir todo lo que no expreso... Bajo el apodo que te ponga yo te estaré diciendo que te quiero...Bajo el nombre superpongo el pronombre que no me atrevo a nombrar.
Y luego cada pronombre, cada nombre que pronombra dirá muchas cosas más de las que a primera vista cada uno pueda entender. La belleza del lenguaje, del que me adueño porque me da la gana, queda en el poso de mis significados. Y entonces se produce el milagro en el que tú me ofreces agua y yo te doy un beso y si alguien me llama preciosa yo me acordaré de un pintor y bajo el pronombre monja pensaré en Juan y también yo en mi intimidad disfrutaré yo sola del "onanismo” de mi diccionario.
Y si me llamas cerda no me oleré el sobaco
Etiquetas: poesismos

Dormir o follar (con amor= amollar)
Marihuana o vino tinto
Punta fina o punta gorda
Tocar o dejarse
Amanecer u ocaso
Playa o montaña
e-mail o cartero
Rastro o Fuencarral
Mayo o septiembre
Seda o franela
Tren o fragoneta
Funcionario o parado
Mano o sobaco
Vargas Llosa o Paul Auster
Filosofía o cerveza
Mac o Windows
en tu casa o en la mía
El Mundo o El País
Lentejas o codornices
Chano Domínguez o Stravinsky
De liar o Malboro
Hombre o mujer
Arriba, abajo, delante o detrás
Arrepentirse o quedarse
Pagar o escaquearse
Preguntar o quedarse con la curiosidad
Intentarlo o perder siempre
Coño o córcholis
Iglesia o mezquita
Tú o yo
Yo o yo
Tú o tú
Siempre contigo
Etiquetas: poesismos

Búscame en una isla. Con piedras o arena, olas o calma, calamares o erizos, noruegos o negritos. Búscame en una isla con sol y azul marino, nada más. Ni equilibrios ni rum-rums ni alquileres ni horarios, que yo quiero comer cuando tenga hambre y no cuando sea la hora, follar cuando me entren ganas y no cuando caiga la noche. No quiero perdonar ninguna siesta ni ponerme calcetines ni sujetador.
Búscame en una isla con pescaditos y techos de paja, con temporada de lluvias aunque sea, donde mi mayor preocupación sea encontrar una preocupación. Búscame en una isla que se llame Formentera, Macondo, Torremanzanas, Tobago y su prima, Comala o Cienfuegos.
Búscame donde acaricie la brisa de noche y mis hombros sean negros, donde te pueda encontrar si necesito cosquillas, donde el amigo sea cada día uno pero siempre el mismo, una isla con carácter del norte y el hedonismo del sur. Búscame en una isla, donde no hay metros ni atascos ni balances de cuentas ni rentas per capita ni cntratos en prácticas ni salarios ni bedeles. Sin puertas trancos porteros. Donde la más pobre de los mendigos sea yo donde el más rico de los hipotecados sea mi sombra.
Búscame en una isla, que yo me voy a la playa aunque sea hasta el domingo… luego ya veremos…
Etiquetas: Utopías